lunes, 19 de marzo de 2012

Te despierto en la noche y te digo que tenemos una misión

Nos fuimos al bosque, es una tradición familiar.
Porque ya decidimos que ésto es un principio de familia.

Es un contagio.

Me guardo lo que me dijiste para siempre :
Te prometo que vamos a tener los cachorros humanos mas salvajes y frescos del mundo.

Creo tanto en ésto como en el artificio de paraíso en el que estamos.

Bordeamos el lago,
entre algunos arboles, palmeras y familias pescando.
en el centro, los barquitos con forma de cisnes a pedal.

Todo sostiene su hermosa fantasía,
y nosotros,

la perfección.


Pienso,
de acá deberían salir las ninfas de esta ciudad,
Mujeres bellas y suaves, con perfiles pronunciados, angulosas y
estilizadas. En sus cabezas, una corona trenzada de jazmín chino, de adictivo y delicioso perfume,
como los que nacen en primavera en algunos barrios,
en algunas esquinas y en algunas casas.


Éste lugar es un refugio.

Caminamos por ahí, entre bancos, juegos de plaza y puestos de comida rápida.
Nos gustaría haber traído una mantita para recostarnos abajo de los plátanos
 y ver como se fragmenta el cielo a cada rama.

Después,
Besamos la estatua de un poeta.
Tengo un capricho y me pagas la entrada al zoológico
quiero que éste sea mi jardín, te digo
Con algunas fuentes repletas de ornamento
ángeles y peces en vertical,
que hacen lo suyo,
riegan el agua.

Me encanto por completo.

Pasamos por las partes más fértiles y felices,
por la selva subtropical.
Entre las plantas húmedas
se ven algunas especies de aves
de plumajes brillantes,
nacarados pasajes de colores
en los cuerpos,
un marcado tornasol.

Todo esto envuelto por una cúpula que se cierra al cielo.

Seguimos,  hay otro mini laguito artificial.
El sol hace un efecto que sobre el agua
se ven las partículas de vida de todo esto
seguro son algunos insectos.

En un tronco que flota,
hay una tortuga enorme
y te emocionas.

Damos la vuelta rápido,
porque si seguimos
viene lo triste.

Nos vamos al río.

Atravesamos el camino,
en la velocidad y entre los árboles,
 grandes y pequeños destellos permanentes en las estructuras metálicas enormes,
de lo más enormes.
Todo como una navidad prepotente,
pos punk,
pos industrial,
pos algo.

Llegamos,
tenemos una cerveza para brindar que se va vaciando
mientras el cielo muta en un degradé de rosados, lilas y azules.

Apenas el viento.

El río toma el color del mar y en el horizonte empiezan a brillar las luces de los barcos
de la rada. Ahí me das la mano y creo que nada mundano podrá separarnos.

En la calma
te digo
te amo,
te amo profundamente
mucho más profundamente de lo que cala éste río.
profundamente.

Y me uno a vos para siempre
con la misma fuerza que tienen los océanos
en su  misión inmensa.

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